290611 Como hacerse Tripi en La Barrosa

- Te he visto meterte a nadar y me he quedado impresionado. Yo no podría hacerlo. ¿No te da miedo?.

- Hoy estaba el mar con algunas olas que me han dejado la espalda machacada. El traje de neopreno me da cierta seguridad.

- ¿Ah, sí?

- Sí, ayuda a flotar.

- Pensé que era para el frío.

- Bueno, el agua no está muy fría pero prefiero ponérmelo para nadar más tranquilo. Con el traje puedo dejar de nadar y no me hundo.

- De todas maneras hay que estar muy en forma y nadar muy bien para nadar en el mar y alejarte.

- Hombre, he ido nadando paralelo a la playa y sin pasar las boyas amarillas que se ven allí.

Esta conversación la tenía yo a finales de junio, en el segundo día de vacaciones en la Playa la Barrosa, Cádiz, con Roberto, un vallisoletano a quien acababa de conocer después de que nuestras mujeres se saludaran porque se habían visto una vez en Pucela.

Siguiendo la conversación con Roberto, le comento que hago triatlón en el Tripi. Inmediatamente me dijo que conoce nuestra indumentaria. Conocía nuestra web. Siempre le ha picado el gusanillo de hacer el triatlón popular de Valladolid pero le da respeto. Posiblemente este año.

A Roberto le gusta salir con su Trek de carretera por la zona de Wamba. Nada a menudo aunque busca a alguien que le mejore su técnica. Y una mañana en la playa se metió cuarenta minutos de carrera después de su sesión de nado en la piscina. Roberto es seguidor de las pruebas de la Copa del Mundo de Triatlón que retransmite TDP y es de los que durante los JJOO de China se levantó a las 3:00 para ver la prueba.

Enseguida el hijo de Roberto hijo hizo amistad con los míos, además de con otros dos niños valencianos. El padre valenciano estaba igualmente impresionado de que alguien se metiera a nadar durante un buen rato en el mar. Nuevamente me tocó suavizar la proeza, así como resolverle algunas cuestiones sobre lo estricto de nuestra dieta – él pensaba que los triatletas nos alimentamos de hidratos y nada de alcohol -, o sobre las horas de entrenamiento necesarias.

Me imagino que de forma similar pensaría la mayoría de personas que se quedaban extrañados cuando veían como en pleno junio con 33º alguien con un traje negro andaba por la arena hasta el agua, o de repente aparecía nadando entre las olas, se ponía de pie y se iba quitando el neopreno mientras andaba hasta la toalla. Para mi también es una transición rara.

Volviendo con Roberto. Si bien no es muy raro encontrar a alguien de tu ciudad a 700 km, si que es curioso que a tanta distancia puedas con algo de conversación enganchar a alguien para unirse a tu club. Ya sabes Roberto que serás bienvenido.

A mi todavía me quedan unos pocos días de seguir siendo el zumbado en la playa.