El moderno entorno del parque Juan Carlos I de Madrid y sus aledaños fueron anfitriones de este triatlón que cuenta cada vez con mayor número de participantes, 724 finishers entre los grupos de edad, élite y populares que compitieron el domingo en las distancias sprint y medio sprint para los no federados. La prueba era válida para Campeonato de Madrid, y estuvo eficazmente organizada por Laetus.
A ella se destacaron los novatos de la colonia del Tripi en Madrid, compitiendo en el G40-44M. Los dos Tripis fueron lanzados en la última oleada o más bien amasijo de de veteranos, un tanto descoordinada por arrastrar el retraso de las anteriores, escuchando el bocinazo de salida antes de alcanzar la cuerda de inicio. No obstante, los demonios fucsias lucharon a brazo partido con las carpas y galápagos de las negras aguas de la ría para salir indemnes, tanto ellos como sus sistemas digestivos.
A continuación, después de una transición de casi 300 metros, se recorrió un sector ciclista de cuatro vueltas rápido y llano, que permitió la incorporación a pelotones que hicieron el segmento ameno y rápido, entrando en numerosos relevos después de la purga inicial. Para finalizar bajo un sol ya abrasador, dos vueltas a un circuito de tierra sorteando entornos emblemáticos como el jardín de las Tres Culturas y el Monumento a las Víctimas del Holocausto, agradables pero plagados de numerosos toboganes.
Además de una fea camiseta, el obsequio de este divertido triatlón fue un curioso barrillo verde bajo el mono, para deleite de los participantes que pudieron rememorar en la ducha de sus casas esta prueba tan agradable. ¡Repetiremos!
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A ella se destacaron los novatos de la colonia del Tripi en Madrid, compitiendo en el G40-44M. Los dos Tripis fueron lanzados en la última oleada o más bien amasijo de de veteranos, un tanto descoordinada por arrastrar el retraso de las anteriores, escuchando el bocinazo de salida antes de alcanzar la cuerda de inicio. No obstante, los demonios fucsias lucharon a brazo partido con las carpas y galápagos de las negras aguas de la ría para salir indemnes, tanto ellos como sus sistemas digestivos.
A continuación, después de una transición de casi 300 metros, se recorrió un sector ciclista de cuatro vueltas rápido y llano, que permitió la incorporación a pelotones que hicieron el segmento ameno y rápido, entrando en numerosos relevos después de la purga inicial. Para finalizar bajo un sol ya abrasador, dos vueltas a un circuito de tierra sorteando entornos emblemáticos como el jardín de las Tres Culturas y el Monumento a las Víctimas del Holocausto, agradables pero plagados de numerosos toboganes.
Además de una fea camiseta, el obsequio de este divertido triatlón fue un curioso barrillo verde bajo el mono, para deleite de los participantes que pudieron rememorar en la ducha de sus casas esta prueba tan agradable. ¡Repetiremos!
Antonio Rivera Rojas - 1º | 1:04:09 | |
| Fernando Lázaro Vaca | 1:12:39 | |
| Rafael Becerro de la Torre | 1:20:27 | |
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