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jueves, 23 de mayo de 2013

Crónica Medio Ironman Aveiro, por Fernando Alonso Avezuela


El viernes cogimos los petates y nos presentamos en Aveiro 
justo para la hora de cenar. Primer dilema: dejar la bici en el hotel 
en una habitación común y diáfana sin aparente control de 
entrada/salida, o en el coche. Puff. Las dudas se disiparon cuando 
empezaron a desembarcar españolitos con cabras y bicis 'sensiblemente' 
más caras. Cuestión resuelta, si mangaban, no sería la mía, je, je. 

Al día siguiente, y dado que con Sergio había quedado a media tarde 
para reconocer el circuito en bici (y así estirar piernas), justo 
antes de la reunión técnica, por la mañana tocaba turismo 
gastronómico/cultural por Aveiro. Grande su bacalao ¡Sí señor! El 
tiempo ya apuntaba maneras, con fuertes rachas de viento y lluvias 
intensas pero intermitentes. 

Por la tarde, vuelta en bici con Sergio, vistazo rápido a los 
diferentes circuitos y reunión técnica. La organización de 'chapeau', 
haciendo el briefing también en español. Eso sí, no quisieron tener 
problemas con Ferrari y demás sponsors del Asturiano, y me quedé 
directamente con el segundo apellido. Mi padre no se molestó :-). Eso 
sí, deciros que por más que mandé correos, y comentarlo en la recogida 
de carteles, seguía apareciendo como independiente. Al menos en el 
cartel de boxes sí aparecía 'Triatlon Pisuerga'. En fin. Todo esto 
como anécdota curiosa, porque aún sin experiencia previa, todo lo 
demás me pareció una organización inmaculada: avituallamientos, 
asistencias, control... 

El domingo, tras madrugón considerable (y pensaba que el esquí en ese 
sentido era sacrificado) me encontraba desayunando a las 6 de la 
mañana ¡¡Y sin haber salido de fiesta!! Buena mañana comparada con la 
tormenta tropical de la madrugada anterior. Estaba como un niño a 
punto de abrir sus regalos de reyes. 

Ya en zona de boxes, primera novatada: entraba en el control sin el 
chip puesto. Con cierto apuro retrocedí, me lo puse y recogí mi 
cestita. Puff. coloqué la bici como me había comentado Sergio, y 
empecé a distribuir el material pensando en hacer una carrera 
confortable: calcetines, rodillera... todo listo para cogerlo 
inmediatamente tipo plug-and-play. O eso creía yo. A todo esto, salía 
el sol. 

Embutido en el neopreno nos acercamos a la ría. El agua no me pareció 
excesivamente fría. Tras unos minutos de calentamiento en el agua, el 
momento de la salida se iba acercando, y cuando me quise dar cuenta 
estaba en segunda línea en pleno mogollón. Esa no era la carrera que 
me había planteado, alejada de golpes, así es que cuando se dio el 
pistolezo de salida entorno a los más de dos centenares de 
participantes, traté de escorarme dejando pasar a la gente, y buscando 
avanzar sin tráfico. Siendo mi primer triatlon, temía muchísimo 
sentirme agobiado a las primeras de cambio y salirme del agua por tal 
motivo. Nadé tranquilamente, tratando exclusivamente de deslizar 
(bueno, lo que yo llamo deslizar), pero sin llevar un ritmo de 
angustia. 

Salí del agua entero, de hecho en la carrera buscando mi box adelanté 
a cuatro, y me quité el neopreno rápido. Como Sergio, vi relativamente 
bastantes bicis, con lo que me dio cierta tranquilidad (quizás ya no 
quedase el último, je, je). Ahí quedó mi buena transición. Me quité el 
gorro, me puse casco y gafas, dorsal, calcetines de bici (tenía 
preparados otros para la carrera a pie)... pero no encontraba los 
guantes. Sí, los guantes que nadie se pone :-(. Cuando los encontré, 
por el frío no atinaba a ponerlos. Nerviosismo. Tampoco atinaba a 
atarme el cierre micrométrico de las zapas. Veía a mi familia que 
flipaba por el caos que estaba montando. Buff. Salí como pude, y 
cuando estaba a punto de montarme en la bici, me dí cuenta de que no 
llevaba el Garmin. Y qué hago yo sin Garmin! Vuelta atrás en sentido 
contario. De risa. Unos 4 minutos. 


Ya en la bici, con un sólo guante (al final me dejé uno...), empezó a 
jarrear. El viento, siendo menor que el día anterior, también soplaba. 
En cualquier caso, el circuito era muy llano. Como novato, el hecho de 
que las motos de prensa y de la organización fuesen y viniesen, te 
hiciesen fotos, la gente animando en las zonas urbanas... era 
reconfortante y sorprendente. ¿Para qué querrán fotos de un 
chisgarabís? En fin. 

En la cabeza siempre los consejos de beber y comer regularmente, y no 
picarme con nada, 
ni nadie. Mis sensaciones eran buenas, pero me quedaba una media 
maratón que por lógica debiera ser mi mejor sector, pero que no sabía 
cómo iba a sobrellevarlo tras el volumen de carga realizado, y al que 
nunca me había enfrentado. Al final me salió una media de 31,6 Km/h. 
Agradecido en cualquier caso de no haber pinchado, como algún pobre 
que tuvo que afanarse en una reparación rápida. Y yo ayer no tenía a 
Pedro para cambiar la cámara. 

Curioso también me pareció los del Penalty-Box. Al menos en fair-play 
los Tripis 
habíamos triunfado. Sabía que Sergio iba bien. Por referencias 
visuales me lleva algo menos de 2 minutos. Además, en la última 
vuelta, el día mejoró, empezó a salir el sol y quedar buena mañana. 

Siguiente transición. En la mente, no prepararla como en la anterior. 
Contratiempo: todo el material mojado... Zapatillas, toalla... menos 
mal que los calcetines 'buenos, buenos' que me había regalado mi novia 
estaban más o menos secos. En cualquier caso, los pies estaban calados 
tras el chaparrón de la bici, y el vendaje que me iba a hacer para 
protegerme de ampollas no funcionaba. Desquiciado, cogí las de 
Villadiego, me puse las zapas y a correr. 

La próxima vez, a ver si me acuerdo de ponerlas al revés (suelas para 
arriba) en previsión de lluvia... 

Empiezo a correr haciendo choff-choff por el agua. Así como una 
sensación en el talón como de no haber estirado bien el calcetín del 
pie izquierdo. Me dije, "vaya ampollas que voy a tener a partir del 
kilómetro 10..." A esto que me doy cuenta de que tampoco he cogido la 
rodillera... Y mira que me lo dijo la fisio... 

Me olvido y empiezo a darle, y a adelantar gente. No obstante, vuelvo 
a pensar que lo importante es la salud, y que no por perder unos 
segundos vaya a provocar una lesión por pisar mal, evitando el dolor 
en la pisada por una ampollas. Paro, y me cercioro de que estaba 
todo bien. Seguramente un tema circulatorio. 

De ahí ya hasta el final continuo pasando gente y entorno al kilómetro 
2 cojo a Sergio. Nos damos ánimos, y en el siguiente giro incluso 
tenemos humor para repetir el gesto de Noya y Mola en Auckland. Pena 
de no tener foto. 

Iba clavando los tiempos previstos, pero a partir del kilómetro 12 
empecé a sentir que las piernas no iban lo bien que debían, y que la 
rodilla empezaba a dar guerra. Nada preocupante para acabar, pero sí 
pensando en un Ironman y tener que hacer otros 21 km. Total que empecé 
a subir de 4:30 el kilómetro en una sangría considerable. Aquello iba 
a parecerse al Titanic. Sólo me alentaba el hecho de que seguía 
pasando a gente (cada vez menos, y también me recuperó alguno), y los 
ánimos del personal. 

Al final de la penúltima vuelta, y ya abierta la meta, me despisté y 
me pasé la curva. Enfilé dubitativo a meta, hasta que me indicaron el 
camino de 'regreso' a mi senda. Tiempo 1h 37. 

En fin. Muy contento por acabar y por acabar con salud. Buena experiencia en lo 
deportivo y en lo personal, con muy buen ambiente. Muchas cosas por 
aprender y por mejorar, pero con buen sabor de boca. 

Espero repetir en Aveiro, pero espero que no sea el próximo año, pues 
para entonces desearía estar ya en disposición de hacer Lanzarote, je, 
je 

Hoy ya he pasado por 'chapa y pintura', con lo que espero poder veros 
este sábado/domingo con la bici. 

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