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domingo, 24 de mayo de 2015

CRÓNICA DE LA COPA DEL REY DE TRIATLÓN. Por Javier Sánchez

5:45 del  sábado 16 de mayo de 2015, suena el despertador,  y lo que muchas veces habría sido un incordio o una molestia esta vez supone un alivio. Desde hace horas suspirabas y ansiabas porque el móvil te confirmara el comienzo de lo que hace meses pensabas, sería una locura y actualmente es una realidad.
Recojo todo el material que preveo necesario sabiendo que algo seguro me olvido, y me encamino hacia el ascensor con el fin de esperar los 10 minutos de cortesía que Gonzalo en este ámbito “tripilento” siempre requiere y merece. Guardamos las maletas y a lo que desde hace pocos meses atrás es mi nueva compañera, la bicicleta.
De esta forma tan simple damos el pistoletazo de salida a algo que en principio se plantea casi imposible o inalcanzable, seguir en la medida de lo posible el ritmo de nada más ni nada menos que 5 compañeros con mucha más fuerza y experiencia que tú en este deporte llamado triatlón. Entre chascarrillos, consejos y alguna que otra pullita llegamos a Almazán (Soria) y  estacionamos al lado de un tío con el que, personalmente, no me gustaría encontrarme en un callejón con poca visibilidad, -Este es Borja (aclara Gonzalo),  es majete pero es de Logroño….Buenos días, dice el riojano, se hace el silencio y dirijo una mirada cómplice hacia el más veterano de los tres, es verdad su acento le delata.... Volvemos a emprender la marcha esta vez sí, destino Marina`Dor Ciudad de Vacaciones, venga dilo no te quedes con las ganas ¿Dígame?, vamos restando kilómetros hasta que por fin ves al horizonte ese color tan apreciado y distinguido por todos aquellos que vivimos en el centro de la península, el azul del mar.
Proseguimos el camino siguiendo las indicaciones del GPS, este nos conduce hacia las callejuelas y rotondas de la localidad, multitud de deportistas las circulan en sus deslumbrantes bicicletas. Entre ellos dilucidamos a dos conocidos, Iván y Tome, los cuales nos guían hacia el lugar donde se encuentra nuestro alojamiento.
Sacamos el material del coche y nos dirigimos hacia el apartamento, con la enmudecida esperanza de que nos reciba Anne Igartiburu y no  los 4 machorros de pelo en pecho que adelantaron el viaje al viernes; desgraciadamente no pudo ser, pero nuestros sollozos se vieron silenciados inmediatamente por la comida que el Chef Herre  había elaborado, un exquisito arroz con atún digno de cualquier restaurante estrella Michelín o en su defecto la, tan manida últimamente, cadena de comida Wok. Terminamos de degustar aquella maravilla culinaria, y llego el momento que todos, en mayor o en menor medida, estábamos esperando, la hora de comerse el plátano…
Minisiesta para los veteranos, mientras que los jóvenes de la camada recogíamos el chip. Vuelta para el apartamento, era hora de ponerse el mono de faena, algunos componentes del equipo también aprovecharon la oportunidad para realizar intercambios de crema, eso es ya es vicio pensé yo, y proceder hacia la expulsión de evacuaciones varias con el fin de mejorar la aerodinámica en el sector de bici.
Entre pitos y flautas se nos echó el tiempo encima, tanto que si la competición hubiera empezado según lo planificado, los Tripis no hubieran tomado la salida.
Sin casi tiempo de pensarlo, calentamos en el mar obteniendo diversas conclusiones, mucha corriente,  oleaje, poca visibilidad… con un simple “es lo que hay”, algunos aceptan la realidad que nos acecha, con un “¿Por qué a mí?, otros buscábamos explicaciones lógicas de tal situación.
Nos colocamos bajo la carpa de salida y cada miembro comienza con sus rituales, Gonzalo realiza el baile del gorila rascando la arena cual primate en celo, Herre saluda a la cámara de forma muy similar a Justin Bieber  en las firmas de discos, Borja se desenreda la barba, posiblemente con el fin de evitar probables enganchones con la boya o con los compañeros, Nacho tan tranquilo como si con él no fuera la cosa, y los jóvenes simplemente luchamos por respirar de la manera más habitual, sosegada y adecuada posible; 3…2…1… y al agua, de forma poco lógica me coloco el primero del grupo ya que todos empiezan a nadar demasiado pronto mientras que yo he seguido corriendo un par de metros más, esto sería un simple espejismo, a los 200-250 metros ya voy a pies, luchando por no quedarme rezagado. Borja e Iván tiran del grupo, mientras que los veteranos empiezan a protegerme y a empujarme de forma literal hacia la playa, primer sector terminado.
Realizamos la primera transición (unos de manera más plástica y estética que otros) y nos montamos en la bicicleta. Es hora de que los que van fuertes tiren del grupo, y así es,  hasta que Nacho en una rotonda de manera muy desafortunada pierde el control y se cae, intenta rengancharse pero se le ha salido la cadena y pierde más tiempo aún. Quedamos 5, Herre, Borja, Gonzalo e Iván siguen generosos en sus relevos, mientras que yo sigo batallando por no perder rueda. El circuito tampoco facilitaba las cosas, mal asfaltado, con muchas rotondas (hasta un total de 15 tuvimos que tomar), pronunciados baches, y un notable aire en contra. Aun así, logramos realizar a mi parecer un buen parcial y nos encaminamos hacia la segunda y última transición, esta vez toca ponerse las zapatillas, salimos fuertes, aproximadamente a un ritmo de 3:40. Personalmente, pensaba que sería capaz de aguantarlo ya que en los entrenos los ritmos rondaban esas marcas, pero muy lejos de la realidad, las sensaciones eran totalmente diferentes.

Concluimos la primera de las dos vueltas al circuito de running, cuando Iván por problemas físicos pierde el ritmo y se queda desenganchado, quedamos cuatro, los mínimos para completar de forma válida la prueba. Es hora de agachar la cabeza y apretar los dientes, mientras los compañeros que van más fuertes siguen arropando e impulsando al que peor va, en este caso yo. Por fin, Herre verbaliza lo que hace minutos esperabas, estamos en la contrameta y realizamos un pequeño cambio de ritmo, y como colofón, los 4 miembros restantes finalizamos de la mano la prueba de la Copa del Rey por equipos. Poco después aparece Iván con notables gestos de dolor logrando concluir el circuito, por lo que tanto el público como los compañeros le ofrecen una sonora y notoria ovación.
Y colorín colorado la primera prueba ha terminado….

Para finalizar quería aprovechar la ocasión para agradecer a todo el equipo los consejos, ánimos y empujones recibidos. Podrían haber realizado una mejor marca, pero decidieron disminuir su ritmo, con el fin de que llegáramos todos juntos a meta, objetivo que finalmente por desgracia no pudo cumplirse.

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