12-07-2015
Creo no descubrir nada nuevo cuando digo que correr en el norte, en el País Vasco en particular, es especial para cualquier deportista, ya sea profesional o aficionado.
Creo no descubrir nada nuevo cuando digo que correr en el norte, en el País Vasco en particular, es especial para cualquier deportista, ya sea profesional o aficionado.
La belleza de sus paisajes, pero sobretodo, la pasión con la
que sus gentes salen a las calles, calzadas y travesías a animar, a ser también
protagonistas de los eventos deportivos que allí se desarrollan, elevan las
sensaciones y confort de los participantes a otra dimensión.
Vitoria y los vitorianos lo saben muy bien. Y los 2100
triatletas que nos presentamos para disputar la noventa edición del “Triathlon
Vitoria-Gasteiz” en las modalidades 'half' y 'full' (3,8-180-42) pudimos dar
buena cuenta de ello.
En mi caso, se trataba del tercer 'ironman' en los 2 años y
medio que llevo practicando este maravilloso deporte, lo cual me permitía
afrontarlo de forma diferente a los anteriores. Ya no era la incertidumbre a lo
desconocido en la aventura que supuso el primero, tampoco la inquietud y desazón
de afrontar una prueba como la de Lanzarote, lesionado pero con la 'necesidad'
de cerrar un proyecto personal... Se trataba simplemente de disfrutar.
Disfrutar del ambiente, disfrutar de la prueba, y de hacerlo en familia.
Llegaba en buenas condiciones físicas, y con muchas ganas de competir bien, y
de mejorar mis tiempos.
Con una organización inmaculada, dando todo tipo de
facilidades a competidores y familiares durante el fin de semana , discurrió la
prueba el pasado domingo 12 de julio, la cual partía de Landa en el embalse de
Ullibarri-Gamboa a primera hora de la mañana.
Aún con salidas diferenciadas entre modalidades, los golpes
eran inevitables con tanta densidad de nadadores buscando su sitio, en un
sector de natación donde las condiciones eran inmejorables para disfrutar del
agua y del entorno. Dos vueltas a un circuito bien señalizado, con salida a
'alfombrilla' incluida, que se me pasaron volando, aunque me 'comiera' unos
cuantos metros de más retrocediendo, por no coger bien las referencias en ese
punto. Se han notado y mucho los entrenos y conocimientos de Pedro en la
piscina de Eras. Gracias míster.
Transición tranquila, poniéndome calcetines y chaleco, pues
la salida estaba fresquita. El sector de bici era ideal para pasarlo en grande.
Un entorno maravilloso, con buen firme en general, seguro, y con toboganes que
hicieron si cabe aún más entretenido el sector, y motivando un acumulado
positivo de unos 1100 m. Las previsiones daban aire a medida que avanzase la
mañana, y así fue, siendo especialmente molesto en la segunda y sobretodo
tercera vuelta al circuito. Muy buenas sensaciones para acabar los 180 km en
torno a 5h 40', que podrían haber sido incluso menos de haberse mantenido las
condiciones del inicio. Y encima con ganas de empezar a correr. Aquí debo
mención a mis compañeros del Club Ciclista León, que me han acogido como uno
más en sus salidas y deliciosas 'locuras' varias en bici. Sin ellos la mejora
en este sector no hubiese sido posible, y sobretodo no hubieran sido tan divertidos
los entrenamientos.
De nuevo transición conservadora, para proteger bien pies y
articulaciones, y comenzar 'mi sector'. Aunque llegaba físicamente bien a
Vitoria, sí lo hacía con menos kilómetros de los planificados por las secuelas
del IM lanzaroteño. No obstante salí con la idea de acercarme a las 3h 30', y
bajar así al rango de 10 h. La primera parte de la carrera cumplía con creces
ese objetivo, me sentía fuerte y además encontré un estupendo compañero de
viaje con quien hice camino. Los 'escusados' y molestias estomacales hicieron
que esa relación no pasase de la media maratón,
y lo que llegó a continuación es la mejor expresión de lo que supone una
prueba como ésta: unos 10 kilómetros de sufrimiento, pensamientos de abandono y
de no repetir más este tipo de 'hazañas', que hacen olvidar de un sopetón todo
lo bonito que hubiera acaecido las 8 h anteriores. El objetivo inicial se
diluía. Pero cuando llegas al último paso por meta, ves a tu mujer allí, la
gente abarrotando las calles y te empiezas a avituallar regularmente con la
'chispa de la vida' (cuál será su fórmula????), la cabeza empieza a funcionar
de nuevo, y con ella las piernas. Obviamente los ritmos no eran como al
principio, pero sí mucho más sueltos que durante ese valle de lágrimas que
pasé. Lo demás, era tan sencillo como dejarse llevar por el público vitoriano y
por el anhelado abrazo en meta con Patri, y una llamada a los papis, que
siempre están pendientes.
Al final, 11h 06' mejorando ostensiblemente mi registro
anterior. A puntito de pasar 'la barrera', y entrar en ese rango de las 10h,
que cuando empecé en esto me hubiese parecido imposible.
Ganó Diego Paredes en hombres, siendo segundo Alejandro
Santamaría. Brooke Brown ganó en categoría femenina.
Gracias a todos los tripis por su apoyo. Estoy deseando ir
al medio de Rioseco y experimentar de primera mano una verdadera oleada rosa
compitiendo.
1 comentario:
enhorabuena campeonnnn
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