DESAFÍO CASTILLA Y LEÓN. CAMPEONATO REGIONAL
Sabes que te espera un día largo por delante cuando el
despertador suena a las 5. Sabes que te esperan momentos duros cuando te
apuntas a un “half” (1,9 natación/90 ciclismo/21 carrera). Pero lo mejor de
todo es que lo sabes con tiempo y lo haces por amor a este deporte que tiene a
tanta gente enganchada (y yo personalmente me voy dejando enganchar
inocentemente).
Pues 6 tripis (Carlos Merino, Fernando Alonso, Jorge
Velasco, Nacho Tomé, Fernando Ortega y un servidor) andábamos a las 7:30 de la
mañana rondando por Salamanca; la tierra donde mejor curan el jamón. Pero no
habíamos ido a paladear ni una viruta siquiera. Como he dicho, habíamos ido a
sufrir y a disfrutar a partes iguales.
El día, gris desde primera hora, amenazaba con lluvia. El
frío de madrugada le ponía, si cabe, un poco más de carácter a la prueba. En
este marco; la expectación de unos y los nervios de otros se mezclaban con
bicicletas, zapatillas, neoprenos y todos los trastos que te puedas imaginar en
un box. En cuestión de minutos escucharíamos la bocina de salida y desde la
primera brazada hasta la última zancada bajo meta no dejaríamos parar al cuerpo;
aunque a algunos de nosotros muchas veces nos lo pidiese.
El tramo de natación era en el río Tormes. Dos vueltas
cómodas sin corriente que completamos sin problema todos los compañeros.
Afortunadamente; ya que nada más coger la bicicleta estaríamos subiendo y
bajando los 90 km. Subiendo y bajando 4 vueltas al mismo circuito. Subiendo y
bajando un pelín más de 3 horas. Subiendo y bajando por algún tramo con un
firme pestoso que hacía “apasionante” el segmento de ciclismo. Subiendo y
bajando y castigando las piernas para la carrera que teníamos por delante. Y en
efecto, a pesar de un recorrido bonito por las riberas, el esfuerzo se va
pagando poco a poco. Así que cruel como la vida misma, los ahorradores y los
humildes afrontábamos con más o menos perspectiva los mismos 21 km. A partir
aquí todo es cuestión de orgullo, de corazón, de dolor y de supervivencia. Todo
lo que sea para avanzar y cruzar la meta. El ambiente ayudaba. Los ánimos y
aplausos de los más cautos. Los gritos de los más valientes. La música de los
más escandalosos. Y ese guiño, esa palmada, esa mueca de coraje o esa mirada de
garra compartida entre compañeros que te dan aliento aunque sea para dos pasos.
Pero bendito aliento...
Ganó Alberto Bravo del CT Lavoratory SYS con 4:36:07 mientras que el Tripi más destacado fue Carlos Merino con 4:46:38, una meritoria octava posición en la clasificación absoluta y segundo en categoría Veteranos I. Por su parte Fernando Ortega se llevaba el bronce regional en Veteranos II con 5:41:27. Por escuadras, el Triatlón Pisuerga finalizó en quinta posición.
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