5:45 del sábado 16 de
mayo de 2015, suena el despertador, y lo
que muchas veces habría sido un incordio o una molestia esta vez supone un
alivio. Desde hace horas suspirabas y ansiabas porque el móvil te confirmara el
comienzo de lo que hace meses pensabas, sería una locura y actualmente es una
realidad.
Recojo todo el material que preveo necesario sabiendo que
algo seguro me olvido, y me encamino hacia el ascensor con el fin de esperar
los 10 minutos de cortesía que Gonzalo en este ámbito “tripilento” siempre
requiere y merece. Guardamos las maletas y a lo que desde hace pocos meses
atrás es mi nueva compañera, la bicicleta.
De esta forma tan simple damos el pistoletazo de salida a
algo que en principio se plantea casi imposible o inalcanzable, seguir en la
medida de lo posible el ritmo de nada más ni nada menos que 5 compañeros con
mucha más fuerza y experiencia que tú en este deporte llamado triatlón. Entre
chascarrillos, consejos y alguna que otra pullita llegamos a Almazán (Soria) y estacionamos al lado de un tío con el que, personalmente,
no me gustaría encontrarme en un callejón con poca visibilidad, -Este es Borja
(aclara Gonzalo), es majete pero es de
Logroño….Buenos días, dice el riojano, se hace el silencio y dirijo una mirada
cómplice hacia el más veterano de los tres, es verdad su acento le delata....
Volvemos a emprender la marcha esta vez sí, destino Marina`Dor Ciudad de
Vacaciones, venga dilo no te quedes con las ganas ¿Dígame?, vamos restando
kilómetros hasta que por fin ves al horizonte ese color tan apreciado y
distinguido por todos aquellos que vivimos en el centro de la península, el azul
del mar.
Proseguimos el camino siguiendo las indicaciones del GPS,
este nos conduce hacia las callejuelas y rotondas de la localidad, multitud de
deportistas las circulan en sus deslumbrantes bicicletas. Entre ellos
dilucidamos a dos conocidos, Iván y Tome, los cuales nos guían hacia el lugar
donde se encuentra nuestro alojamiento.
Sacamos el material del coche y nos dirigimos hacia el
apartamento, con la enmudecida esperanza de que nos reciba Anne Igartiburu y
no los 4 machorros de pelo en pecho que adelantaron
el viaje al viernes; desgraciadamente no pudo ser, pero nuestros sollozos se
vieron silenciados inmediatamente por la comida que el Chef Herre había elaborado, un exquisito arroz con atún
digno de cualquier restaurante estrella Michelín o en su defecto la, tan manida
últimamente, cadena de comida Wok. Terminamos de degustar aquella maravilla
culinaria, y llego el momento que todos, en mayor o en menor medida, estábamos
esperando, la hora de comerse el plátano…
Minisiesta para los veteranos, mientras que los jóvenes de
la camada recogíamos el chip. Vuelta para el apartamento, era hora de ponerse
el mono de faena, algunos componentes del equipo también aprovecharon la
oportunidad para realizar intercambios de crema, eso es ya es vicio pensé yo, y
proceder hacia la expulsión de evacuaciones varias con el fin de mejorar la
aerodinámica en el sector de bici.
Entre pitos y flautas se nos echó el tiempo encima, tanto
que si la competición hubiera empezado según lo planificado, los Tripis no
hubieran tomado la salida.
Sin casi tiempo de pensarlo, calentamos en el mar obteniendo
diversas conclusiones, mucha corriente,
oleaje, poca visibilidad… con un simple “es lo que hay”, algunos aceptan
la realidad que nos acecha, con un “¿Por qué a mí?, otros buscábamos
explicaciones lógicas de tal situación.
Nos colocamos bajo la carpa de salida y cada miembro
comienza con sus rituales, Gonzalo realiza el baile del gorila rascando la
arena cual primate en celo, Herre saluda a la cámara de forma muy similar a
Justin Bieber en las firmas de discos,
Borja se desenreda la barba, posiblemente con el fin de evitar probables enganchones
con la boya o con los compañeros, Nacho tan tranquilo como si con él no fuera
la cosa, y los jóvenes simplemente luchamos por respirar de la manera más habitual,
sosegada y adecuada posible; 3…2…1… y al agua, de forma poco lógica me coloco
el primero del grupo ya que todos empiezan a nadar demasiado pronto mientras
que yo he seguido corriendo un par de metros más, esto sería un simple
espejismo, a los 200-250 metros ya voy a pies, luchando por no quedarme
rezagado. Borja e Iván tiran del grupo, mientras que los veteranos empiezan a
protegerme y a empujarme de forma literal hacia la playa, primer sector
terminado.
Realizamos la primera transición (unos de manera más
plástica y estética que otros) y nos montamos en la bicicleta. Es hora de que
los que van fuertes tiren del grupo, y así es, hasta que Nacho en una rotonda de manera muy
desafortunada pierde el control y se cae, intenta rengancharse pero se le ha
salido la cadena y pierde más tiempo aún. Quedamos 5, Herre, Borja, Gonzalo e
Iván siguen generosos en sus relevos, mientras que yo sigo batallando por no
perder rueda. El circuito tampoco facilitaba las cosas, mal asfaltado, con
muchas rotondas (hasta un total de 15 tuvimos que tomar), pronunciados baches, y
un notable aire en contra. Aun así, logramos realizar a mi parecer un buen
parcial y nos encaminamos hacia la segunda y última transición, esta vez toca
ponerse las zapatillas, salimos fuertes, aproximadamente a un ritmo de 3:40.
Personalmente, pensaba que sería capaz de aguantarlo ya que en los entrenos los
ritmos rondaban esas marcas, pero muy lejos de la realidad, las sensaciones
eran totalmente diferentes.
Concluimos la primera de las dos vueltas al circuito de
running, cuando Iván por problemas físicos pierde el ritmo y se queda
desenganchado, quedamos cuatro, los mínimos para completar de forma válida la
prueba. Es hora de agachar la cabeza y apretar los dientes, mientras los
compañeros que van más fuertes siguen arropando e impulsando al que peor va, en
este caso yo. Por fin, Herre verbaliza lo que hace minutos esperabas, estamos
en la contrameta y realizamos un pequeño cambio de ritmo, y como colofón, los 4
miembros restantes finalizamos de la mano la prueba de la Copa del Rey por
equipos. Poco después aparece Iván con notables gestos de dolor logrando
concluir el circuito, por lo que tanto el público como los compañeros le ofrecen
una sonora y notoria ovación.
Y colorín colorado la primera prueba ha terminado….
Para finalizar quería aprovechar la ocasión para agradecer a
todo el equipo los consejos, ánimos y empujones recibidos. Podrían haber
realizado una mejor marca, pero decidieron disminuir su ritmo, con el fin de
que llegáramos todos juntos a meta, objetivo que
finalmente por desgracia no pudo cumplirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario